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—¡Que hiciste! ¡Respóndeme niña tonta! —apenas podía procesar todo aquello, mientras mi cuerpo era sacudido violentamente. Mis ojos solo lo veían a él con una sonrisa en su rostro, yo lo conocía, yo sabía quién era y a quien le pertenecía, porque él me vio crecer y me cargo desde qu...